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Tarija, 03 de febrero de 2025 – Tarija cuenta con una de sus habitantes más longevas y queridas: doña Alicia Alejandra Gutiérrez Alvarado de Vilca, quien a sus 103 años es testimonio vivo de la historia, las costumbres y la identidad de la región. Nacida el 27 de febrero de 1921 en la zona de Aranjuez, ha sido testigo de los profundos cambios que ha vivido la ciudad y ha dedicado su vida al trabajo y la familia, dejando un legado de esfuerzo y amor en su comunidad.
Desde su juventud, doña Alicia se dedicó con entrega a la agricultura y al comercio. Su hija, Rosa Vilca Gutiérrez, recuerda con admiración cómo su madre trabajaba sembrando y vendiendo verduras y flores en el Mercado Central de Tarija. «Fue una de las primeras comerciantes en ese espacio emblemático de la ciudad. Ella trabajaba sin descanso, con esfuerzo y dedicación, para sacar adelante a su familia», relata doña Rosa.
Junto a su esposo, doña Alicia formó una familia numerosa, criando a siete hijos con sacrificio y amor. Sin embargo, también ha sufrido el dolor de enterrar a tres de ellos, una pérdida que ha marcado profundamente su vida. Con el paso de los años, su descendencia ha crecido, sumando nietos que la rodean con cariño y admiración. A pesar del paso del tiempo, mantiene intactos los recuerdos de sus seres queridos. «Ella recuerda los nombres de sus hijos y su esposo, aunque la vista y el oído le han fallado con el tiempo», comenta su hija.
La longevidad de doña Alicia no ha estado exenta de dificultades. En los últimos años ha enfrentado problemas de salud propios de su edad, incluyendo dificultades en la movilidad y la pérdida progresiva de la visión y la audición. A esto se sumó una operación de vesícula realizada cuando ya era de avanzada edad, así como una caída que la dejó postrada en cama debido a problemas en la cadera, impidiéndole volver a levantarse. Pero con el cuidado constante de su familia y el seguimiento médico adecuado, ha logrado sobrellevarlos con fortaleza. A pesar de estos retos, su espíritu sigue siendo fuerte y su ánimo inquebrantable.
A pesar de su avanzada edad, doña Alicia sigue siendo una mujer de espíritu fuerte. Su día a día está marcado por pequeños placeres que disfruta con alegría, como una salteña o una taza de té en las tardes. Su familia destaca su fortaleza y el hecho de que, a pesar de la pandemia, no llegó a enfermarse de COVID-19. «Aunque ahora ya no sale al centro como antes, sigue disfrutando de su hogar y de la compañía de su familia», añaden sus seres queridos.
La vida de doña Alicia Alejandra Gutiérrez Alvarado de Vilca es un reflejo de la Tarija de antaño, de aquellos tiempos en los que la vida giraba en torno al trabajo en la tierra y al comercio local. Su historia es la de muchas mujeres luchadoras que han cimentado la identidad y la tradición de esta tierra. Hoy, a sus 103 años, su familia la cuida con esmero, asegurándose de que reciba la atención y el cariño que merece en esta etapa de su vida. Su legado de esfuerzo, amor y perseverancia sigue siendo un ejemplo para las nuevas generaciones de tarijeños.