Pérdida de apetito en la vejez: causas y soluciones alimentarias

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Con el paso de los años, muchas personas mayores experimentan pérdida de apetito, lo que puede afectar su nutrición, peso y salud general. Identificar las causas y aplicar estrategias alimentarias adecuadas es clave para evitar la desnutrición y mantener una buena calidad de vida.

Principales causas de la pérdida de apetito

La falta de hambre en la vejez puede deberse a diversos factores, tanto físicos como emocionales. Entre los más comunes están:

  • Cambios en el metabolismo y en el sentido del gusto y olfato, que reducen el placer al comer.
  • Problemas de salud como enfermedades crónicas, trastornos digestivos o uso de múltiples medicamentos.
  • Factores emocionales, como la depresión, el duelo o la soledad.
  • Dificultades para masticar o tragar por problemas dentales o musculares.

Recomendaciones

1. Adaptar las comidas a sus necesidades

Una de las claves es preparar alimentos más densos en nutrientes pero de menor volumen. Esto permite obtener más energía y proteína en porciones pequeñas.

Algunas recomendaciones:

  • Incluir frutos secos, aguacate o aceite de oliva en preparaciones cotidianas.
  • Usar leche en polvo o yogur natural para enriquecer sopas o licuados.
  • Elegir alimentos suaves y fáciles de masticar, como purés, guisos blandos o cremas.

2. Estimular el apetito con variedad y presentación

La monotonía y la falta de estímulos sensoriales pueden hacer que una comida pase desapercibida. Por eso, es importante:

  • Variar colores, texturas y sabores en cada plato.
  • Usar hierbas y especias naturales para realzar el sabor sin exceso de sal.
  • Servir las comidas de forma atractiva, incluso en porciones pequeñas.

3. Crear rutinas agradables al comer

El entorno también influye. Comer acompañado o en un lugar tranquilo puede marcar la diferencia. Una atmósfera positiva puede mejorar la experiencia y animar a comer más.

Si la pérdida de apetito persiste, es importante consultar con un profesional de la salud. Un seguimiento nutricional individualizado puede prevenir deficiencias y favorecer una alimentación placentera.


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