Los riñones son órganos clave para el equilibrio interno del cuerpo: filtran toxinas, regulan líquidos y controlan la presión arterial. Sin embargo, un alto consumo de sal puede poner en riesgo su buen funcionamiento.
El exceso de sal y su impacto en los riñones
Cuando comes mucha sal (sodio), el cuerpo retiene más agua para diluirla, lo que aumenta el volumen de sangre que los riñones deben filtrar. Este esfuerzo adicional puede dañar los vasos sanguíneos dentro de los riñones y reducir su capacidad de limpieza.
Además, el consumo elevado de sal eleva la presión arterial, uno de los principales factores que contribuyen al deterioro renal. Con el tiempo, esto puede derivar en enfermedad renal crónica.

¿Cuánta sal es demasiada?
La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de 5 gramos de sal al día (aproximadamente una cucharadita). Sin embargo, muchas personas superan esa cantidad sin notarlo, ya que la sal está presente en productos procesados, pan, embutidos y alimentos enlatados.
Consejos para reducir la sal en tu dieta
- Cocina en casa y usa especias naturales para dar sabor.
- Revisa etiquetas y elige productos bajos en sodio.
- Evita añadir sal a la comida ya servida.
- Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados y comida rápida.
- Prueba alternativas como limón, ajo, orégano o pimienta.
Limitar la sal no solo cuida tus riñones, también ayuda a mantener una presión arterial saludable y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Con pequeños cambios en tu alimentación diaria, puedes proteger tus órganos vitales y mejorar tu calidad de vida.