Alerta Bolivia
Tarija, 31 de enero de 2025 – Tarija, conocida como la «Andalucía de Bolivia», deslumbra por su belleza natural, clima privilegiado, rica cultura y tradición vitivinícola. Sin embargo, detrás de este potencial turístico se esconde una cruda realidad: la falta de infraestructura adecuada, escasa promoción y descoordinación entre actores públicos y privados han impedido que Tarija se consolide como un destino turístico de primer nivel. Este artículo explora los desafíos que enfrenta el turismo en Tarija y las oportunidades que podrían transformar esta situación.
El potencial turístico de Tarija
Tarija tiene todo para ser un imán turístico: desde sus viñedos y bodegas, que producen algunos de los mejores vinos y singanis del país, hasta sus impresionantes paisajes naturales, como el Valle de la Concepción, la Reserva Biológica de Sama, el Cañón de la Angostura y el majestuoso lago San Jacinto, entre muchos otros. Además, su cultura vibrante, expresada en festivales como la Fiesta de la Vendimia y la Fiesta de San Roque, atrae a visitantes nacionales e internacionales.
Recientemente, se han descubierto más de 350 huellas de dinosaurios en el municipio de Entre Ríos, en un sitio denominado la «Guardería de Dinosaurios», que posiblemente constituye el registro jurásico más antiguo de Sudamérica. Este hallazgo representa un atractivo paleontológico de valor mundial que podría diversificar la oferta turística de la región.
Sin embargo, este potencial no se traduce en cifras contundentes. A diferencia de otros destinos turísticos en Bolivia, como Uyuni o La Paz, Tarija no ha logrado posicionarse como un referente en el mapa turístico internacional. ¿Qué está fallando?
La cruda realidad: Falta de infraestructura y promoción
Uno de los principales obstáculos para el desarrollo del turismo en Tarija es la falta de infraestructura adecuada. Aunque existen hoteles y restaurantes de calidad, muchos de ellos se concentran en la ciudad capital, dejando a otras áreas turísticas con servicios limitados. Además, las carreteras que conectan los principales atractivos turísticos suelen estar en mal estado, lo que dificulta el acceso y desanima a los visitantes.
Otro problema es la falta de promoción. A pesar de sus atractivos, Tarija no cuenta con una estrategia de marketing turístico sólida y coherente. La promoción se limita a esfuerzos aislados y no logra captar la atención de mercados internacionales clave. «Tenemos un producto turístico increíble, pero no sabemos venderlo», comenta un empresario local del sector hotelero.
Un ejemplo de esta desatención es el sitio de huellas de dinosaurios en el Cañón de Santa Ana, en el municipio de Entre Ríos, que se encuentra en estado de abandono y sin promoción para atraer a turistas del interior y exterior del país.
Descoordinación entre actores públicos y privados
La falta de coordinación entre el gobierno departamental, los municipios y los empresarios turísticos es otro factor que frena el desarrollo del sector. Mientras algunos actores privados invierten en mejorar sus servicios, las políticas públicas no siempre acompañan estos esfuerzos. Por ejemplo, la falta de regulaciones claras y la burocracia excesiva dificultan la inversión en proyectos turísticos innovadores.
«Necesitamos que las autoridades entiendan que el turismo no es solo un sector más, sino una fuente de empleo y desarrollo para toda la región», señala una guía turística local.
Problemas de conectividad
La conectividad aérea es otro desafío significativo para el turismo en Tarija. Actualmente, Boliviana de Aviación (BoA) es la única aerolínea que presta servicios en la región, y ha sido objeto de múltiples reclamos por deficiencias en el servicio, incluyendo retrasos constantes y, en algunos casos, situaciones que han puesto en riesgo la seguridad de los pasajeros.
Esta falta de competencia y las deficiencias en el servicio aéreo dificultan el acceso de turistas nacionales e internacionales a Tarija, limitando el crecimiento del sector turístico.
A esto se suma el complicado acceso por vía terrestre. Las carreteras que conectan Tarija con el resto del país presentan múltiples deficiencias. La ruta que une Tarija con el Chaco y Santa Cruz, así como la carretera, que conecta al norte del país, se encuentran en condiciones irregulares, con tramos deteriorados y riesgos constantes para los viajeros.
Uno de los accesos más críticos es la carretera Tarija-Bermejo, por donde ingresa la mayor cantidad de turistas argentinos, principalmente del norte de ese país. Durante la temporada de lluvias, esta vía sufre constantes derrumbes y deslizamientos de tierra, lo que provoca bloqueos y cortes prolongados que afectan el tránsito y generan incertidumbre en los viajeros. La inestabilidad del camino no solo representa un riesgo para la seguridad, sino que también desalienta la llegada de visitantes y perjudica la integración comercial y turística con Argentina.
Oportunidades para transformar el turismo en Tarija
A pesar de los desafíos, Tarija tiene oportunidades claras para transformar su sector turístico. Una de ellas es el turismo enológico, que podría convertirse en un atractivo único en Bolivia. Las bodegas tarijeñas ya son reconocidas a nivel nacional, pero con una mayor inversión en infraestructura y promoción, podrían atraer a visitantes internacionales interesados en el enoturismo.
Otro aspecto clave es el turismo comunitario, que permitiría a las comunidades rurales beneficiarse directamente del turismo. Proyectos como la Ruta del Vino y el Singani, que conecta bodegas, viñedos y restaurantes, son un buen ejemplo de cómo se puede integrar a las comunidades locales en la cadena turística.
Además, el reciente descubrimiento de la «Guardería de Dinosaurios» en Entre Ríos ofrece una oportunidad única para desarrollar el turismo paleontológico. Con una adecuada inversión en infraestructura y promoción, este sitio podría atraer a científicos y turistas interesados en la paleontología de todo el mundo.
Asimismo, mejorar la conectividad aérea es esencial. Fomentar la entrada de nuevas aerolíneas y mejorar los servicios existentes contribuiría a facilitar el acceso a la región y a incrementar el flujo de turistas.
Un llamado a la acción
El turismo en Tarija se encuentra en una encrucijada. Por un lado, tiene un potencial enorme que podría transformar la economía del departamento y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Por otro, enfrenta desafíos significativos que requieren una acción coordinada y decidida por parte de las autoridades, los empresarios y la sociedad civil.
Para convertir a Tarija en un destino turístico de primer nivel, es necesario invertir en infraestructura, desarrollar una estrategia de promoción efectiva y fomentar la colaboración entre todos los actores involucrados. Solo así se podrá superar la cruda realidad y aprovechar las oportunidades que ofrece este departamento único en Bolivia.