Bolivia refuerza fronteras tras triple feminicidio en Argentina: interpol activa operativos de búsqueda

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El caso del triple feminicidio ocurrido en Argentina, que ha conmovido a la opinión pública regional, también ha encendido las alarmas en Bolivia. Interpol Bolivia se sumó a la búsqueda de los principales implicados, ante la sospecha de que estos criminales intenten cruzar la frontera para refugiarse en territorio boliviano.

El investigador Oliver Mita confirmó a EL DEBER que se emitieron instructivas a las regionales de Yacuiba y Bermejo, además de operativos en Tarija, Villazón y trancas viales, con el fin de evitar el ingreso de los prófugos. Los buscados son Matías Agustín Ozorio (28 años) y Tony Janzen Valverde (20 años), alias Pequeño J, señalado como líder de una banda narco peruana vinculada directamente con el asesinato de tres jóvenes en Buenos Aires. Ambos tienen sello rojo internacional y son considerados de alta peligrosidad. 

Gobierno Autónomo Municipal de Tarija

La cooperación se activó tras la captura de otro de los implicados, el peruano Lázaro Víctor Sotacuro, en un hostal de Villazón (Potosí). El hombre había cruzado desde La Quiaca por un paso ilegal. Sotacuro fue entregado a las autoridades argentinas y recluido en el penal de Ezeiza. Su detención aportó pistas clave: tenía una mordedura en el brazo que podría vincularlo con las víctimas. 

La tragedia en Buenos Aires 

El crimen ocurrió en Florencio Varela, al sur de la capital argentina. Las víctimas fueron Brenda del Castillo (20 años), Morena Verdi (20 años) y Lara Gutiérrez (15 años). Según la reconstrucción de los hechos publicada por BBC Mundo, las tres jóvenes fueron engañadas con una falsa oferta: recibir 300 dólares por asistir a una supuesta fiesta el 19 de septiembre. En realidad, cayeron en una trampa orquestada por la organización criminal. 

Tribunal Electoral Departamental de Tarija

Cámaras de seguridad captaron a las chicas subiendo a una camioneta blanca en La Matanza. Desde entonces, se perdió su rastro. Sus familias denunciaron la desaparición al día siguiente y comenzaron a difundir sus fotos en redes sociales. El rastreo de sus teléfonos condujo a la policía hasta una casa en Florencio Varela. Cuando ingresaron, hallaron a dos personas limpiando manchas de sangre y un fuerte olor a cloro. Un día después, en el jardín, fueron descubiertos los cuerpos enterrados. 

La brutalidad de los asesinatos ha estremecido a la sociedad argentina. Según la investigación difundida por BBC Mundo, las jóvenes fueron torturadas y asesinadas mientras la pandilla transmitía en vivo su agonía por redes sociales, en una macabra advertencia: “Esto les pasa a los que me roban droga”. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que unas 45 personas presenciaron la transmisión en una cuenta de Instagram vinculada al grupo criminal. 

La autopsia reveló escenas de horror: a Lara le amputaron dedos de la mano y le provocaron quemaduras; Brenda murió por una fractura de cráneo y cortes en el cuello; Morena sufrió golpes y lesiones cervicales. Todas fallecieron la misma noche de su desaparición. 

Búsqueda de justicia

El triple crimen desató una ola de indignación en Argentina. Miles de personas marcharon en Buenos Aires y otras ciudades exigiendo justicia, en manifestaciones organizadas por colectivos feministas como Ni una menos. Familiares de las víctimas, entre lágrimas, clamaron por castigo a los responsables. “No le harías a un animal lo que les hicieron”, dijo Antonio del Castillo, abuelo de Brenda y Morena. 

Las autoridades argentinas ya detuvieron a más de una docena de personas, incluidos cómplices que limpiaban la escena del crimen. Sin embargo, el presunto autor intelectual, Pequeño J, sigue prófugo. La policía lo describe como un narco sanguinario que escaló rápidamente en el entramado criminal y que ahora es buscado también en Bolivia. 

Con información de El Deber


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