Alerta Bolivia
Jueves, 12 de junio de 2025 – En medio de lágrimas y visible desesperación, el chofer de una flota reducida a cenizas en los recientes enfrentamientos en Llallagua relató cómo salvó su vida y la de su hijo tras ser agredido por una turba violenta que atacó su vehículo con dinamita. “Lo han dinamitado todo. A mí más casi me han dado”, dijo entre sollozos a medios locales.
El hecho ocurrió durante un operativo policial destinado a desbloquear la carretera que conecta con ese municipio potosino, que lleva diez días paralizado por protestas lideradas por sectores afines al expresidente Evo Morales, autodenominados “defensores del proceso”.

El conductor, aún con la voz quebrada, relató que fue pateado por manifestantes mientras intentaba proteger su fuente de trabajo. “Yo me he asustado y no quería abandonar la flota. No quería, y mi hijo me dijo: ‘vamos, vamos’. A mi espalda ya estaba la gente”, recordó.
“Es mi vida, es mi trabajo”, expresó al pedir ayuda urgente al Gobierno. “Quisiera que me respondan, por lo menos, que el Gobierno se ponga la mano al pecho”, clamó con desesperación.

El ataque a la flota ocurrió en medio de una jornada violenta que dejó un saldo trágico de tres policías fallecidos. El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, quien encabezó el operativo, informó que se desplazaron 370 efectivos desde Oruro y Potosí para la intervención.
Aguilera denunció que el contingente fue recibido con una violencia desproporcionada: “Nuestros efectivos no portaban armamento letal, pero los bloqueadores usaron armas largas, dinamita y piedras”, declaró al diario El Potosí. Los agresores estaban apostados en las serranías, desde donde emboscaron al convoy policial.
Además del incendio del bus, los incidentes dejaron otras secuelas: al menos cuatro personas fueron secuestradas por los manifestantes. Una de ellas fue abandonada atada de manos y con signos de tortura, siendo trasladada de emergencia a un centro médico.
También se reportó la destrucción de la sede del ayllu Chullpa, en un aparente acto de represalia tras el ingreso policial. Según testimonios de los pobladores, estos hechos ya no se enmarcan en una protesta política sino en actos de “terrorismo político”.
En medio de la escalada de violencia, algunas versiones extraoficiales sugieren que en la zona de conflicto podrían existir cultivos de marihuana, según reportes de los mismos vecinos a las fuerzas del orden.
A pesar de que las fuerzas policiales lograron liberar temporalmente la vía, esta fue bloqueada nuevamente horas más tarde, evidenciando que la crisis aún está lejos de resolverse.