El momento y la frecuencia con la que debes revisar tu nivel de azúcar en sangre dependen de factores como tu salud, tu plan de tratamiento y las recomendaciones de tu profesional de la salud.
-Ayunos (a primera hora de la mañana)
Un nivel de glucosa en sangre en ayunas brinda una referencia de tu nivel de azúcar en sangre después de ocho o más horas sin comer. Realizar la prueba justo después de despertarte, antes de comer o beber algo:
Refleja cómo tu cuerpo está gestionando tu nivel de azúcar en sangre durante la noche.
Es particularmente útil si estás ajustando la insulina de acción prolongada u otros medicamentos.
Puede ayudar a identificar el «fenómeno del amanecer» (un aumento natural del nivel de azúcar sanguínea a primera hora de la mañana).

-Antes de las comidas
Realizar la prueba antes de comer te ayuda a comprender qué tan alto o bajo está tu nivel de azúcar en sangre al comenzar una comida. Esto te beneficia porque:
Permite decidir si debes ajustar las porciones de las comidas o la dosis de insulina (si te la han recetado).
Te otorga contexto para las lecturas posteriores a las comidas.
Es útil para comprender cómo el estrés o la actividad han afectado tu glucosa durante el día.
-Después de las comidas
Dos horas después de comer es un momento clave para revisar cómo procesa tu cuerpo los alimentos que acabas de ingerir:
Un pico de azúcar en sangre una o dos horas después de comer es normal, pero no debería ser demasiado alto.
Los resultados de azúcar en sangre después de las comidas ayudan a identificar los alimentos que causan picos más grandes.
Esto te permite ajustar el tamaño de las porciones o la composición de las comidas.
Es útil para monitorear la tolerancia a los carbohidratos o la eficacia de los medicamentos.
Conoce más: ¿Cómo afecta el ayuno al azúcar en sangre?
-Antes y después de la actividad física
El ejercicio afecta el azúcar en sangre de diferentes maneras, según el momento y la intensidad:
Revisa antes para asegurarte de que tus niveles sean lo suficientemente seguros como para comenzar la actividad física (sobre todo si tomas insulina).
Revisa después para ver cómo responde tu cuerpo y para recuperarte adecuadamente.
Esto ayuda a prevenir la hipoglucemia inducida por el ejercicio. Te permite realizar ajustes informados en tus refrigerios o medicamentos durante el entrenamiento.
-A la hora de acostarte
Controlar tu nivel de azúcar en sangre antes de acostarte puede ayudar a reducir el riesgo de tener niveles bajos o altos inesperados durante la noche.
Los controles de azúcar en sangre antes de acostarte:
Son útiles para comprobar si la cena o los refrigerios nocturnos están afectando su nivel de azúcar en sangre.
Son importantes para quienes toman insulina de acción prolongada o ciertos medicamentos.
Te brindan tranquilidad antes de dormir.
Pueden ayudar a orientar los ajustes en el desayuno del día siguiente o en la insulina en ayunas.
-Cuando te sientas «raro(a)»
Aunque no sea tu hora habitual para controlar tu azúcar, verifica si sientes algo inusual:
Los síntomas de un nivel bajo de azúcar en sangre incluyen temblores, taquicardia, sudoración, irritabilidad, confusión o mareos.
Los síntomas de un nivel elevado de azúcar en sangre incluyen aumento de sed, micción frecuente, aumento del hambre, fatiga o visión borrosa.
RECUERDA: Anotar tus síntomas junto con las lecturas puede ayudar a tu profesional de la salud a ajustar tu plan de tratamiento.