Alerta Bolivia
Tarija, 16 de abril de 2025 – En medio de los actos conmemorativos por el 208° aniversario de la Batalla de la Tablada, Wilfredo Vidal, miembro del Comité Impulsor por la Construcción del Oncológico de Tarija, denunció el abandono y la falta de avances reales en la concreción de este centro de salud, que lleva más de una década paralizado.
«Es una burla más del Estado nacional para con Tarija», lamentó Vidal ante los medios de comunicación. En su intervención, criticó duramente la ausencia de acciones concretas por parte del Gobierno central y de la Gobernación para retomar y concluir la obra, así como para gestionar el equipamiento indispensable, como el acelerador lineal, clave para el tratamiento del cáncer.

Vidal aseguró que, pese a los anuncios oficiales que afirman que la obra estaría concluida en diciembre, «no se han hecho las gestiones necesarias para adquirir el equipamiento esencial». El acelerador lineal, considerado el corazón del centro oncológico, no ha sido ni siquiera licitado, según indicó.
El dirigente también expresó su indignación frente al silencio del presidente Luis Arce sobre el tema, señalando que Tarija ha sido “mentida” reiteradamente en sesiones anteriores. “Hoy no habló del oncológico. Nuestra gente se sigue muriendo, sigue emigrando a otras ciudades buscando atención. ¿Y aquí? No tenemos ni ítems completos para oncología”, denunció.
En ese contexto, Vidal hizo un llamado a la sociedad civil, a los medios de comunicación y a los tarijeños que residen en otras regiones, especialmente en La Paz, para impulsar una cruzada ciudadana por la salud oncológica en el departamento.
«Nuestros pacientes sobreviven con kermeses todos los fines de semana. No quisiera verme mañana en esa situación. Es hora de que el país escuche que Tarija también es Bolivia», manifestó con firmeza.
La obra del Oncológico de Tarija, iniciada hace más de 12 años, permanece inconclusa y sin funcionalidad. Mientras tanto, los casos de cáncer continúan en aumento en el sur del país, y los pacientes tarijeños deben trasladarse a otras ciudades como La Paz o Santa Cruz para recibir tratamiento especializado, lo que implica un alto costo económico, emocional y físico para las familias afectadas.