Alerta Bolivia
Tarija, 29 de enero de 2025

Una esperanza truncada
En Tarija, el cáncer no solo es una enfermedad que afecta a cientos de personas cada año, sino también un recordatorio de las fallas del sistema de salud y las promesas incumplidas por parte de las autoridades. El hospital oncológico, un proyecto que nació como una esperanza para los pacientes y sus familias, sigue siendo una obra inconclusa después de años de gestiones, anuncios y recursos invertidos. La pregunta que todos se hacen es: ¿quién es responsable de que este proyecto no haya sido concluido?
El proyecto: una necesidad urgente
El hospital oncológico de Tarija fue concebido como una solución a la falta de infraestructura especializada para tratar el cáncer en el departamento. Según datos del Ministerio de Salud, el cáncer es una de las principales causas de muerte en Bolivia, y Tarija no es la excepción. Sin embargo, a pesar de la urgencia, el proyecto ha enfrentado una serie de retrasos, cambios de planes y, según denuncias, falta de voluntad política para su conclusión.
¿Quién es responsable?
La responsabilidad por la no conclusión del hospital oncológico es compartida. Por un lado, las autoridades departamentales han sido criticadas por no priorizar el proyecto y por no gestionar de manera eficiente los recursos asignados. Por otro lado, el gobierno nacional también ha sido señalado por no destinar los fondos suficientes y por no supervisar adecuadamente el avance de las obras. Además, ha habido denuncias de irregularidades en la contratación de empresas constructoras, lo que ha generado retrasos y sobrecostos.
Historias que duelen
Mientras las autoridades se debaten en acusaciones mutuas, los pacientes de cáncer en Tarija siguen sufriendo las consecuencias. Casos como el de una joven madre que falleció esperando radioterapia, o el de un anciano que tuvo que viajar a Santa Cruz para recibir quimioterapia, son solo algunos ejemplos de la desesperación que viven los tarijeños. Estas historias no solo exponen las fallas del sistema de salud, sino también la indiferencia de quienes tienen el poder de cambiar esta realidad.
Falta de atención y recursos
La falta de un hospital oncológico funcional ha obligado a los pacientes a buscar atención en otros departamentos o incluso fuera del país, lo que representa una carga económica y emocional insostenible para muchas familias. Además, la falta de especialistas y equipos en Tarija agrava aún más la situación, dejando a los pacientes en un limbo de incertidumbre y desesperanza
Falta de atención y recursos
Es urgente que las autoridades asuman su responsabilidad y prioricen la conclusión del hospital oncológico. Este proyecto no puede seguir siendo una promesa incumplida; debe convertirse en una realidad operativa y accesible para todos. Asimismo, es necesario implementar políticas públicas que garanticen la disponibilidad de tratamientos, medicamentos y personal especializado en el departamento.
La salud no puede esperar
El cáncer no espera, y tampoco deberían hacerlo las acciones para combatirlo. Cada día que pasa sin una solución efectiva es un día en que más tarijeños pierden la batalla contra esta enfermedad. La salud es un derecho fundamental, y es hora de que Tarija cuente con las herramientas necesarias para garantizarlo.
Conclusión: Un compromiso con la vida
La lucha contra el cáncer en Tarija no es solo un tema de salud pública; es un compromiso con la vida y la dignidad de sus habitantes. Las autoridades tienen la responsabilidad de actuar de manera inmediata y efectiva, porque detrás de cada número hay una historia, una familia y una esperanza que no puede ser ignorada.