Al igual que el Día de la Mujer, celebrado el 8 de marzo, cada 19 de noviembre se conmemora el Día del Hombre. Sin embargo, esta fecha suele pasar desapercibida entre el género masculino, en gran parte por el poco conocimiento que se tiene al respecto.

Aunque no goza de la misma repercusión que el Día de la Mujer, el Día del Hombre es una efeméride relativamente reciente. Fue instaurado en 1992 por Thomas Oaster, entonces director del Centro de Estudios Masculinos de la Universidad de Misuri-Kansas, Estados Unidos. No obstante, su reconocimiento a nivel global comenzó en 1999, con el objetivo de destacar el papel positivo de los hombres en la sociedad.
Esta fecha busca no sólo reconocer las contribuciones de los hombres a sus comunidades y familias, sino también abordar temas fundamentales relacionados con su salud, bienestar y los estereotipos que enfrentan.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha apoyado estas iniciativas, subrayando la necesidad de atender las demandas específicas de salud de hombres y niños. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado la menor esperanza de vida masculina como un tema que debe incluirse en las agendas de equidad en salud.
Estudios indican que los hombres tienden a evitar las consultas médicas y, cuando las realizan, suelen omitir detalles clave sobre sus síntomas. Este comportamiento, influido por los estereotipos de masculinidad, impacta negativamente en su salud y calidad de vida.