Los hombres jóvenes deben familiarizarse con los síntomas del cáncer testicular y saber cómo realizarse un autoexamen.

Aunque este cáncer representa menos del 1% de todos los cánceres masculinos, generalmente ocurre en hombres de entre 20 y 34 años de edad. Las tasas de curación rondan el 95%, especialmente cuando el cáncer se detecta en etapas tempranas.
Algunos hombres pueden sentirse nerviosos o incómodos al hablar con sus médicos, o con cualquier persona, sobre el tema del cáncer testicular. No hablar o esperar y dejar que una masa testicular simplemente desaparezca por sí sola es peligroso, ya que puede provocar cáncer capaz de afectar a otras partes del cuerpo.
Los factores de riesgo para desarrollar cáncer testicular incluyen testículos que no descienden al escroto al nacer y antecedentes familiares o personales de la enfermedad.
Para autoexaminarse, una persona debe sostener cada testículo por separado entre los pulgares y los índices de ambas manos y girarlo suavemente, buscando bultos duros o masas redondeadas, así como cambios en la forma o el tamaño.
En algunos casos de cáncer testicular avanzado o que se ha diseminado a otras partes del cuerpo, los hombres pueden experimentar dolor de espalda o abdominal, tos o pérdida de peso involuntaria.
La mayoría de los casos de cáncer de testículo, incluso si llegaron a una etapa avanzada, se pueden curar con cirugía, quimioterapia, radiación o una combinación de estos tratamientos. En algunos hombres, es recomendable que tengan un seguimiento después del diagnóstico.
Una vez terminado el tratamiento o la cirugía, la mayoría de los pacientes pueden regresar a su vida normal.