Melasma, ¿cómo afecta a la piel y qué tratamientos existen?

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El melasma es una afección cutánea que provoca manchas y parches, generalmente en el rostro, que son más oscuras que el tono natural de la piel. Aunque es común, puede confundirse con otras condiciones. Los dermatólogos cuentan con la experiencia necesaria para brindarte un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado.

Por lo general, el melasma se presenta en las mujeres embarazadas, por lo que a veces se lo denomina la «máscara del embarazo».

Las mujeres con tonos de piel que van de medios a oscuros son las más propensas a desarrollar la afección. Una vez que aparece, puede causar parches de color canela, café, café grisáceo o gris azulado y manchas similares a pecas. Usualmente, aparecen en ciertas áreas del rostro, como las mejillas, la frente, el mentón e incluso por encima del labio superior. Si bien es menos común, el melasma puede desarrollarse en los brazos, el cuello o en otras partes.

Los tratamientos como las cremas pueden ayudar a atenuar la decoloración, pero no pueden hacer que el melasma desaparezca para siempre, es decir, puede volver a manifestarse. Es común que el melasma regrese si pasas tiempo al aire libre sin proteger tu piel del sol.

De hecho, muchas personas que padecen melasma afirman que las manchas oscuras y los parches se hacen más visibles durante el verano y se atenúan durante el invierno. Por tal motivo, es fundamental utilizar protector solar todos los días y llevar un sombrero de ala ancha para evitar que las manchas se oscurezcan o vuelvan a aparecer.

Si tienes más dudas, consulta a un(a) dermatólogo(a).


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