La migraña es una de las afecciones neurológicas más comunes y puede representar un desafío adicional para las mujeres embarazadas. Durante la gestación, los cambios hormonales, el estrés y otros factores pueden influir en la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña. Sin embargo, también se ha observado que algunas mujeres experimentan una disminución en sus síntomas, especialmente en el segundo y tercer trimestre.

¿Cómo afecta el embarazo a la migraña?
Los cambios hormonales, especialmente el aumento de estrógenos, pueden modificar la evolución de la migraña durante el embarazo. Se estima que hasta el 70% de las mujeres que sufren de migraña sin aura experimentan una mejoría en sus síntomas a partir del segundo trimestre. No obstante, aquellas que padecen migraña con aura pueden no notar una mejoría significativa.
Opciones seguras para el manejo del dolor
El tratamiento de la migraña en el embarazo debe ser cuidadosamente evaluado para evitar riesgos al feto. Se recomienda:
- Medidas preventivas: mantener una rutina de sueño adecuada, evitar el estrés y consumir una alimentación equilibrada.
- Terapias no farmacológicas: técnicas de relajación, compresas frías en la cabeza, masajes y acupuntura.
- Medicamentos seguros: el paracetamol es el analgésico más recomendado en casos leves a moderados. Sin embargo, es importante evitar fármacos como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) en el tercer trimestre y los triptanos sin indicación médica.
Cuándo acudir al médico
Si una mujer embarazada experimenta migrañas más intensas o diferentes a las habituales, acompañadas de síntomas como visión borrosa, hipertensión o pérdida de la conciencia, debe buscar atención médica de inmediato, ya que podría tratarse de una condición más grave, como la preeclampsia.
Cada embarazo es único, por lo que se recomienda consultar con un especialista para definir la mejor estrategia de manejo de la migraña sin comprometer la salud de la madre y el bebé.