Alerta Bolivia
Tarija, 12 de febrero de 2025 – La reciente postulación de Rodrigo Paz Pereira a la presidencia de Bolivia ha desatado un debate profundo sobre su capacidad de liderazgo. Su paso por la Alcaldía de Tarija dejó más dudas que certezas, y aunque él mismo ha calificado su gestión como “la mejor de los últimos 50 años”, esta percepción no es compartida por la mayoría de la ciudadanía ni por las actuales autoridades, quienes han criticado duramente el estado en el que dejó la alcaldia.

¿Un administrador eficiente o solo un buen publicista?
Rodrigo Paz ha sido un hábil comunicador, logrando posicionar su imagen como un político moderno y progresista. Sin embargo, su gestión municipal en Tarija ha sido catalogada por muchos como más publicitaria que efectiva. Más allá de los discursos, los problemas estructurales de Tarija, siguen sin resolverse.
Las autoridades que lo sucedieron en el municipio han sido contundentes al criticar su administración, señalando que dejaron una alcaldía endeudada y con múltiples deficiencias. Desde la actual gestión municipal, incluso se han revelado presuntas irregularidades en la ejecución de contratos y la asignación de presupuestos para obras que no se concluyeron.
Si bien la administración de una ciudad y la de un país tienen diferencias sustanciales, la experiencia como alcalde suele ser un buen termómetro para medir la capacidad de liderazgo de un candidato. En este caso, los antecedentes de Paz generan más incertidumbre que esperanza.
Bolivia necesita más que promesas
El país enfrenta desafíos cruciales: una economía golpeada, la crisis de dolares, la falta de inversión en sectores productivos y un escenario político polarizado. Gobernar Bolivia no es solo cuestión de marketing político o buenas intenciones; requiere capacidad de gestión, visión estratégica y un equipo sólido.
En este contexto, la candidatura de Rodrigo Paz debe ser analizada con objetividad y sin caer en discursos superficiales. Si su administración en Tarija dejó más preguntas que respuestas, es legítimo cuestionar si realmente tiene la capacidad de dirigir un país convulsionado.
Los bolivianos merecen líderes con experiencia comprobada y resultados tangibles, no solo discursos optimistas. En democracia, la memoria histórica es esencial para tomar decisiones informadas, y en este caso, los antecedentes de Rodrigo Paz Pereira en la administración pública merecen un análisis profundo antes de depositar confianza en su proyecto presidencial.
¿Un futuro presidente o un candidato sin rumbo?
Más allá de las promesas de campaña, lo que realmente debe importar a la población es la capacidad de un candidato para administrar con eficiencia y responsabilidad. Rodrigo Paz ha demostrado ser un buen estratega en la construcción de su imagen, pero su gestión en Tarija deja muchas dudas sobre su verdadero potencial como líder nacional.
Bolivia necesita más que discursos grandilocuentes; requiere soluciones reales, planificación efectiva y un compromiso genuino con el desarrollo del país.