Alerta Bolivia
Tarija, 23 de mayo de 2025 – La indolencia de la Gobernación de Tarija frente a la dramática situación sanitaria que atraviesa el municipio de Bermejo ha provocado la indignación y movilización de su población. Este viernes, integrantes del Comité Cívico Femenino de Bermejo instalaron una vigilia en puertas de la Gobernación exigiendo una respuesta inmediata ante el despido masivo de personal de salud y el colapso progresivo del Hospital Virgen de Chaguaya.
Las representantes denunciaron que 75 trabajadores de salud fueron retirados arbitrariamente de sus funciones, dejando al centro hospitalario sin camilleros, mucamas, personal de limpieza y profesionales de enfermería. A pesar de que el Comité cívico remitió una resolución formal al gobernador exigiendo una solución en un plazo de 24 horas, hasta la fecha no recibieron ni una llamada, ni una respuesta escrita.
“Nos dicen que no hay presupuesto, pero la salud no puede ser postergada. Como madres y mujeres, entendemos que uno puede dejar de comprarse un zapato, pero jamás se debe dejar de invertir en salud. Hoy el hospital está colapsando y nadie nos escucha”, denunció la presidenta Jackeline Castro.
Los testimonios son alarmantes. El hospital, de tercer nivel, se encuentra sin personal de limpieza, lo que representa un riesgo sanitario crítico tanto para los trabajadores como para los pacientes. “La situación es insostenible. Estamos trabajando con una dotación mínima y enfrentamos un riesgo constante de infecciones y contaminación”, advirtió una profesional en salud presente en la vigilia.
Pese a la urgencia, el gobernador Oscar Montes continúa en silencio, sin convocar al diálogo ni ofrecer alternativas. La respuesta del Comité ha sido contundente: la vigilia se mantendrá durante toda la jornada y, de no ser escuchadas, se iniciarán medidas de presión más severas a partir del lunes.
“No vamos a permitir que se siga atentando contra la salud del pueblo. Este abandono es una afrenta a Bermejo y a toda la región. El gobernador debe dar la cara ya”, sentenció Castro.
El pueblo de Bermejo exige atención, no excusas. Y la paciencia se agota.