Ruptura de quiste ovárico, lo que debes saber

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Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que se forman sobre o dentro de los ovarios. Son más comunes durante la edad reproductiva y generalmente se desarrollan como parte normal del ciclo menstrual; se denominan «quistes funcionales». Estos suelen resolverse por sí solos.

Sin embargo, otros tipos, como los quistes dermoides, los endometriomas o los cistoadenomas, pueden ser más complejos y conllevar un mayor riesgo de complicaciones como ruptura, torsión o dolor persistente. Los quistes que miden más de 5 a 10 centímetros, los que presentan componentes sólidos o tabiques, o los que ocasionan síntomas, podrían requerir un seguimiento más estrecho o intervención quirúrgica.

Gobierno Autónomo Municipal de Tarija

Señales de alerta comunes de un quiste ovárico

La mayoría de los quistes ováricos son asintomáticos. Sin embargo, las señales de alerta pueden incluir:

  • Dolor pélvico o abdominal (especialmente en un lado)
  • Distensión o presión
  • Cambios en los ciclos menstruales
  • Dolor durante la intimidad física
  • Micción frecuente o urgente (si el quiste presiona la vejiga)
  • Si un quiste se rompe, los síntomas pueden incluir:
  • Dolor pélvico repentino y agudo
  • Distensión abdominal
  • Náuseas o vómitos
  • Mareos o desmayos (especialmente si hay hemorragia interna)
  • Presión arterial baja o ritmo cardíaco acelerado (en casos graves)

Condiciones médicas que pueden confundirse con quistes ováricos

Asimismo, varias afecciones pueden imitar los síntomas de los quistes ováricos, las cuales incluyen:

  • Apendicitis
  • Embarazo ectópico
  • Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
  • Endometriosis
  • Infecciones del tracto urinario
  • Cálculos renales
  • Problemas gastrointestinales (p. ej., diverticulitis o síndrome del intestino irritable [SII])

Un examen pélvico completo y estudios de imagen, usualmente una ecografía transvaginal, pueden ayudar a distinguir entre estas condiciones médicas.

El tratamiento depende del tipo, tamaño y síntomas del quiste. La observación es adecuada para muchos quistes simples, sobre todo en mujeres en la premenopausia. Se pueden usar tratamientos hormonales para reducir la recurrencia de quistes funcionales. Asimismo, se puede recomendar la extirpación quirúrgica para los quistes persistentes, grandes, complejos o sintomáticos.

Si un quiste se rompe, los casos leves pueden tratarse de forma conservadora con analgésicos y observación. Los casos moderados a graves, particularmente aquellos con hemorragia interna o signos de infección, pueden requerir hospitalización, líquidos intravenosos o cirugía de emergencia.


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